"Ella es una abusiva" y
"odiosa". Así describieron algunos empleados de una empresa
tecnológica de Silicon Valley a una colega cuando el asesor de carrera Joel
Garfinkle les preguntó. La compañía contrató a Garfinkle porque sus gerentes
necesitaban ayuda. Su mejor vendedora no se estaba llevando bien con sus
compañeros y superiores, que a menudo se quejaban de su comportamiento
insensible.
"Me di cuenta que la gente no
quería trabajar con ella o para ella. Fue algo sorpresivo para ella, pero la
verdad es que era bastante claro", dice Garfinkle, quien llevó a cabo
entrevistas con compañeros, subordinados y gerentes y enfrentó a la empleada,
abrumada por las lágrimas, con los resultados.
Le tomó un año, pero Garfinkle pudo
ayudar a la empleada a mejorar su empatía y habilidades para escuchar, lo que
con el tiempo llevó a una mayor productividad y un ascenso.
Ya sea usted un buen o mal empleado,
los expertos recomiendan que todos los trabajadores hagan autoevaluaciones de su
carrera frecuentemente que incluyan comentarios de compañeros, jefes, clientes,
proveedores e incluso familia y amigos.
Usted no debería esperar a la
evaluación anual de desempeño, especialmente si usted descubre que está
trabajando más duro para alcanzar las mismas metas, su jefe está pasando por
encima suyo a la hora de los ascensos o no lo están invitando a reuniones
importantes a las que lo invitaban antes. Estas son señales de que su imagen en
el trabajo ya puede estar manchada.
Usted no es el mejor
juez de su desempeño
El problema radica en que los humanos
en general son malos juzgándose a sí mismos, por lo tanto toman mucho tiempo
para actuar, dice David Dunning, profesor de psicología de la Universidad de
Cornell quien investiga cómo la gente percibe sus propias habilidades y
competencias.
"Descubrimos que los buenos
empleados son los que son más adeptos para sacar a la luz sus fortalezas y
debilidades, los malos empleados son los peores en ese aspecto", dice.
"Hay muchas personas cuyo único impedimento a su mejoría es que no saben
qué ellos necesitan mejorar".
Desafortunadamente, la mayoría de las
organizaciones sólo ofrecen retroalimentación cuando deciden los pagos por
mérito y eso podría ser poco útil, dice Dunning.
"La evaluación queda ligada a las
consecuencias que hacen que la gente se involucre emocionalmente", dice.
"Esta es la razón por la cual las autoevaluaciones deben hacerse con mayor
frecuencia y fuera de esas situaciones".
Cuando le pregunte a sus colegas por
sus opiniones no los incomode con preguntas referentes a su carácter,
Saque a las emociones de la ecuación
pidiendo retroalimentación que involucre una acción sobre sus comportamientos
con preguntas como "¿En qué debería estar trabajando?" "¿Qué te
gustaría ver más?" o "¿Cómo soy percibido en estas situaciones?
No se ponga a la defensiva si no está
de acuerdo con las respuestas. Usted desea alentar comentarios desinhibidos al
mostrar que está completamente abierto a una retroalimentación tanto positiva
como negativa.
Puede facilitar el proceso para sus
colegas si los saca del escenario laboral.
Reúnanse para almorzar o tomar un café
durante el fin de semana y abra la conversación revelando una de sus fallas,
dice Garfinkle. "Usted puede decir algo así como 'Sé que me vuelvo
impaciente en algunas situaciones, pero estoy trabajando en ello'".
Compárese frente a sus colegas. ¿Cómo
lidian con situaciones similares a las que usted encuentra? Usted puede
encontrar que hay mejores formas de manejar los problemas que quizás no haya
considerado.
Tenga un "Plan
de Acción"E
Una vez reciba los comentarios,
formalice su intento de cambiar, creando un plan de acción que lidie con su
percepción negativa. Usted no podrá cambiar el comportamiento de otras
personas, pero puede cambiar el suyo al diagramar cómo usará la
retroalimentación.
Mantenga informado de su progreso a los
colegas que le ayudaron con sus comentarios, para mostrar que usted tomó en
serio sus consejos.
Al mismo tiempo, usted estará
incrementando su visibilidad al incluirlos en su plan como defensores y
mostrando que tiene la fuerza de voluntad para mejorar y tener éxito.
Mucha gente tiende a resbalar con el
tiempo y volver a sus viejos hábitos, así que ayuda el tener a alguien
confiable que lo evalúe regularmente, dice Garfinkle. "Debe ser un proceso
continuo que evolucione a medida que usted cambia".
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